oy “Letras Parlanchinas” finaliza esta serie de post navideños “dickensianos” con una referencia a las sensaciones táctiles apreciadas en “Cuento de Navidad”.
Al ser una historia que transcurre en Londres durante el invierno, es fácil imaginar que una gran mayoría de las referencias al sentido del tacto tienen que ver con el frío. Y, así es. Se hace mención del tiempo frío y neblinoso, de la humedad y de la nieve y dicho ambiente borrascoso requiere un plan de contingencia de los londinenses para entrar en calor ya sea con la lumbre del hogar o las fogatas improvisadas en las calles.
Frío y calor. Y, como ya he dicho en posts anteriores, al ser Dickens un maestro de la recreación de atmósferas, dicho helor y dicha calidez saltan de las páginas del libro para atrapar al lector quien, a lo mejor de repente, siente la necesidad de arroparse con una mantita mientras se sumerge en la lectura de la historia de Ebenezer Scrooge.
Colocaos vuestros gorros de pompón y vuestras bufandas… ¡nos vamos a Londres!. Sigue leyendo