«SANCHOOO, QUIJOTE, QUIJOTEEE, SANCHO»

Mi primer contacto con el Quijote fue de pequeña, con la serie de dibujos animados de TVE “Don Quijote de la Mancha”. La serie se abría con una cancioncilla pegadiza entonada por una voz infantil:
«Sanchooo, Quijote, Quijoteee, Sancho…
Sancho el escudero bonachón y gordinflón, pisa firme el suelo que dirige su señor…”
Recuerdo a Don Quijote, flaco, con su pelo y perilla pelirrojos así como el tono de su voz solemne, dirigiéndole pláticas, la mayor parte de las veces ininteligibles, a un Sancho que aunque fiel hasta la médula a su amo solía pensar más con el estómago que con el cerebro. Para ser justos con Sancho, yo tampoco entendía mucho a Don Quijote pero ya entonces me gustaba que fuera un abanderado de las causas perdidas aunque tales causas fueran, casi siempre, producto de su imaginación alocada.
Además me daba pena cómo le trataban ciertos ignorantes desalmados (y garrulos, todo sea dicho) cuando llegaban a algún sitio a lomos de Rocinante y el pequeño rucio. También recuerdo que siempre deseaba que Dulcinea (con ese primoroso peinado de moñitos, a medio camino entre la Princesa Leia y la Dama de Elche) se materializara realmente y pudiera vivir feliz con su caballero andante.
Sí… aquel primer contacto con el Quijote lo recuerdo con cariño al igual que las pegatinas de los personajes de la serie que, durante algunos años, adornaron las estanterías de mi habitación infantil. Quijot peq
Mi siguiente experiencia con el Quijote fue años después, en 3º BUP y, de esa etapa, lo único que me queda es la satisfacción de haberme leído ¡íntegramente! los dos volúmenes, sin morir en el intento pero ¡a qué precio!. En el colegio, la profesora de Literatura tuvo la “genial” idea de que leyéramos el Quijote en versión íntegra y en el mínimo tiempo posible.
¿Cómo?
Pues cumpliendo un riguroso calendario de lecturas que suponía la friolera de 7 capítulos diarios… sí, habéis leído bien: ¡7 CAPÍTULOS DIARIOS!
Evidentemente, ese plan “genial” no fue ideado por Hannibal Smith ni Mac Gyver o cualquiera de los “grandes cerebros” que poblaban las series de los 80, pues, de haberlo hecho, habrían detectado graves obstáculos a la consecución de este loado fin, a saber:
A)Que el Quijote está escrito en un castellano antiguo que resulta, muchas veces, incomprensible y, por tanto, requiere de una lectura más profunda y pausada ( y sería de agradecer que con aclaraciones del profesor en horario lectivo) que la proporcionada por las escasas horas que restaban tras terminar la jornada escolar. Lo que me lleva al punto B.
B)Que la Literatura no era la única asignatura de 3º BUP, seguro que os acordáis de la Historia, Filosofía, Lengua, Inglés, Matemáticas, Latín…, ¡claro que os acordáis!… el problema es que la profesora de Literatura no pareció reparar en ese hecho cuando fijó la tasa de los 7 capítulos diarios…¿cuándo pretendía que los leyéramos? ¿en un descansito entre las traducciones de la campaña de las Galias de César y las tautologías (¡y galimatías!) de los razonamientos filosóficos?
C)Que la dosis de 7 capítulos diarios es la forma más rápida y eficaz de que un adolescente acabe odiando visceralmente al Quijote, una de las obras cumbres de la Literatura Española y Universal. Se supone que la lectura obligatoria en los colegios de ciertos libros de renombre tiene por objeto cogerle el gusto a nuestros autores patrios… ¿verdad?.
D) El más terrible de los obstáculos: “la cláusula de la fuerza mayor”, es decir, la posibilidad de que cualquier circunstancia ajena a tu voluntad pudiera interferir en la dosis de los 7 capítulos diarios, con consecuencias desastrosas…
Yo fui una de las damnificadas por la opción D), “la cláusula de fuerza mayor” en la forma de “un tremendo catarro con jaqueca”.
¿Habéis probado a leer el Quijote con un trancazo “del 15”?. Yo lo probé y no pasé de la primera página. Y así, fui testigo, con impotencia, de cómo los 7 capítulos sin leer del primer día, se convirtieron en 14 el segundo y en 21 el tercero…
No necesito deciros que la tabla de multiplicar del 7 adquirió para mí (y supongo que para el resto de la clase) unas connotaciones siniestras y las ristras de capítulos que se me acumulaban me parecieron más temibles que los “molinos-gigantes” a los que se enfrentó el caballero de la triste figura.
No logré ponerme al día hasta casi los últimos capítulos y fue un milagro que, con semejante atracón de lectura, no acabara odiando al Quijote (supongo que mi pasión por la lectura actuó de vacuna).
Algun@s pensaréis: ¿y por que no te saltaste algunos capítulos?. Por supuesto era una opción pero bastante peligrosa si tenemos en cuenta que la profesora de Literatura nos ponía “controles periódicos” para evaluar nuestros conocimientos y, no nos vamos a engañar, esos controles eran “a pillar” con preguntas tan enrevesadas que, sin saberlo, estábamos haciendo un Máster para “Saber y Ganar”.
Tampoco disponíamos de la Wikipedia ni de resúmenes de capítulos en la red… ¡porque no había internet!. No, aquellos tiempos nos obligaron a enfrentarnos al Quijote “a pelo”, sin atajos ni trucos.
Tengo que reconocer que, a pesar de todo, el libro me gustó y todavía hoy me vienen a la memoria pasajes como la historia de Anselmo y Lotario, la Ínsula Barataria o la Cueva de Montesinos pero estoy segura de que si, actualmente, volviera a releer el Quijote, apreciaría mucho más su lectura y le sacaría más jugo que cuando era adolescente.
Ya puestos, este 2015 parece una excusa perfecta para empaparse, de nuevo, de esta magna historia manchega porque, sin duda, estamos ante un “Año Quijotesco” con la celebración del cuarto centenario de la publicación del segundo tomo del Quijote, el descubrimiento de los supuestos restos de Cervantes en el convento madrileño de las Trinitarias y, el cada vez más numeroso, rosario de eventos y publicaciones en torno a la mitología cervantina:
*La ficción sonora del Quijote que prepara RNE con actores de la talla de José María Pou, Javier Cámara, Michelle Jenner, Pepe Viyuela, Roberto Álamo, José Luis Gómez, Antonio de la Torre…(¡esto no me lo pierdo!)
* “Misterioso asesinato en casa de Cervantes” del escritor Juan Eslava Galán, Premio Primavera 2015.
* “El final de Sancho Panza y otras suertes” del escritor Andrés Trapiello.
* Una nueva edición del Quijote de Avellaneda.
Y, por supuesto, el próximo día 23 de Abril, “Día del Libro”, se conmemora la muerte de Cervantes.
¡Sea bienvenido al 2015, Don Quijote!. Aquí me tiene dispuesta a disfrutar de sus aventuras y a reanudar la amistad (que empezó con mal pie, o más bien, mal catarro) iniciada en tiempos estudiantiles pero, ¡por favor!…
¡ABSTÉNGASE DE LA LICENCIA DE REPETIRME LA TABLA DEL 7!